domingo, 10 de mayo de 2015

ya son 38 (1 de 38 velitas)

Leer para no morir.
(tono insomne)
Leer para no morir un sábado a las 3 de la mañana en Buenos Aires.
(tono misterioso)
Leer para no morir un sábado a las 3 de la mañana en Buenos Aires, para mantener el equilibrio de la cuerda floja entre los rascacielos de mis planes de 3 días en la ciudad.
(tono satisfecho)
Entonces, aparece lo que una está buscando leer:
"Así me pasó que quise irme y volví, que quise traicionar el hogar pero no superé el flagelo."

El fuego que danzamos la noche de mi revolución siente la tristeza que reina en este otro hogar. Esto no es un hogar: es una prisión, una fortaleza. No hay fuego que quemar aquí. El fuego está limitado, restringido, sometido a sumisión y observación permanente de cámaras panópticas imposibles. 


"No olvides tu misión, niña roja".


Entrar a Buenos Aires de esta manera es injusto, pero yo elegí esta injusticia. Elijo este flagelo (sin insomnio sería más amable) porque pedí respuestas, y en el júbilo nunca surgen las preguntas correctas. Elijo bajar de la cima de la montaña, del corazón de la jungla: aquí también me necesitan.


El júbilo fue ayer: el fuego de cantos a la luna que la tuvieron despierta hasta que el sol llegó. El brotar de la salvia, la reunión de amigos, el festejo sin medida. Tambores, danzas, humos, hogar: fuego, fuego, fuego! Ayer ninguna pregunta emergía. Ayer eran risas, desborde, alegría enormísima de hacer coincidir al lugar en el mundo que soy yo misma en cualquier lugar, en un pedazo de tierra al que llamar hogar. Estaban todos ahí: la cofradía de mi presente, el cofre y el tesoro.



Había imaginado que el sábado sería mío y el domingo de la familia cuando saqué pasaje para el sábado sabiendo que sería justo después del júbilo del viernes. Pero la familia se adueñó del sábado y también del domingo, y los dejé, aun cuando a Juan, cada vez que me lo pregunta, le confirmo que nadie puede adueñarse de mí. ¿Es que aún soy huérfana de voluntades
? El insomnio me cacarea: si estuvieras de fiesta... Pero no ves que yo lo elegí? Quise también venir para encontrarme así.

Entonces hagámoslo valer: volvamos a la escritura como refugio un sábado insomne a las 4 de la mañana en Buenos Aires en la casaprisióndecristal de donde elegiré mañana partir para ir a encontrarme con mi propia Buenos Aires en estos 3 días de misión corazón. Conocer a Anita, la chinita de los cerros, y a Lucio, el niño de la lucha, abrazar a mis mujeres de las estrellas. Buscar mis regalos: un libro que vuela, unos oídos para mis secretos, y los compartires cantados que elevan el júbilo y nos llevan volando por encima de cualquier cuerda floja y cualquier rascacielos, e incluso por encima de la cima de cualquier montaña.







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