Hoy no tengo ganas de escribir, y sin embargo tengo tantas ganas de
encontrar maneras de decir que las arcillas nos devuelven a un estado anterior
a todos los descascaramientos, o que las flores silvestres de Colonia en
primavera resisten cualquier desalojo de ladridos (o ladrillos) gastados. Decir
cosas como que nunca el futuro estuvo tan cierto en su incertidumbre, o que ya
no me interesa entender cómo caí en este modo de vivir porque siempre fue el
mismo deseo de lo salvaje. Entonces así el retorno de N hace aparecer
búsquedas olvidadas, y los desentendimientos con J me acercan a una distancia
necesitada para el re-empoderamiento.
Es luna nueva: las cuevas aúllan, el río oscurece. Reflejo allí el alma porque también debe adquirir consistencia, ser metida al horno, cuajar en nueva identidad. La dulzura está sobrando, ya no quiero mieles por miles. Basta de inocencia! Basta de una cosa o la otra!
Es luna nueva: las cuevas aúllan, el río oscurece. Reflejo allí el alma porque también debe adquirir consistencia, ser metida al horno, cuajar en nueva identidad. La dulzura está sobrando, ya no quiero mieles por miles. Basta de inocencia! Basta de una cosa o la otra!
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Volví a dormir enmascarada, entonces los sueños se animaron a mostrarse.
Primero parecía una fiesta de antifaces: ese grupo de la secundaria! MM, IV con un look mezcla AN y ella misma de una manera
esquimal y vikinga: pelo como lo tenía mi madre en España año 89, o como Glenn
Close en Atracción Fatal. Platerías sofisticadas, con malaquitas acróbatas,
sobre la falange superior de la oreja. Luego, Flor y Ceci sellando su
complicidad con un beso suculento. Y ahí quedo, perdida e indecisa con la pala
en la mano al lado de la casa de adobe, tratando de entender si era que elegíamos
primero el lugar donde íbamos a dormir para luego a armar los equipos, o si los
grupos se armaban primero y así elegir dónde dormir. De cualquier manera, quedé
como un cuatro de copas: sola y confundida.
Hubo más, y la sensación al despertar fue de alegría por haber recuperado
mi dimensión onírica. Sin embargo, las puertas están abiertas para la
transformación. No hay más sensación de tiempos perdidos ni de espacios
inaccesibles.
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No parar de trabajar con niños. No parar de hacer música CON OTROS. NO
PARAR.
Deténte. Respira hondo. Retiene. Exhala.
A NADIE DEBES DEMOSTRAR NADA.
Pero qué lindo compartirse. Qué lindo atravesar el puente de lo interno a
lo externo trans-portando la materialización de una visión o emoción.
- todo radica en la necesidad de comunicar algo –
Amanecí con el sol, mas las nubes ya estaban despiertas y bloqueaban la
vista del astro. Los pájaros me despiertan también, mas sus cantos son
inciertos. Un hueco se abre entre los árboles y me dejan ver una tortuga que
busca elevarse. Somos infinitamente más posibles que lo que nos permitimos
imaginar. Casi no necesito caminar hasta el salto para sentirme parte del
paisaje.
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Una nueva identidad. Publicar los
escritos más prohibidos de los que sea capaz con un alias que no sea
rastreable. Que sólo quienes yo quiera sepan que soy yo. Escribir acerca de mis
fantasías, acerca del sexo como siempre me jacté de vivirlo: sin tabúes. “Todas
las represiones acerca de mis sueños y de las posibilidades de transformarlos
en realidad que se encargó de inculcarme Madre, no tuvieron eco en mi vida
sexual.” Recuerdo decirle eso a mi terapeuta que casualmente tenía el mismo
nombre que mi madre, y ya eso es mucho decir.
Hablar sin tabúes de mi falta de
tabúes. ¿Existe necesidad de apelar a personajes imaginarios cuando mis
experiencias superan muchas veces lo que cualquiera podría imaginar? La
literatura permite eso: ampararse en la imaginación para hablar de nuestros
sentimientos más íntimos.
Anaïs Nim: mi mentora en esto de
desnudarme para verme, entenderme, aceptarme, y sobre todo: potenciarme.
No diré que me sobran los motivos para
soñar dormida: hay que estar bien despierto para escuchar las voces que allí
hablan. Allí en ese mundo donde los números nos indican algo más que el destino
de nuestra suerte. Atino Desatinos Desmedidos. Sin alivios. Mi nombre
verdadero. El nombre con el que me permitiré ser verdadera. “Hoy te pusiste tu
vestido de prohibido.”