viernes, 19 de septiembre de 2014

lençois, parte 2 (21 de 30)


(clikar aquí para saber qué pasó en el captítulo anterior)
"gentileza gera gentileza"(*), le contesté a bel, nuestra futura arrendataria. ella nos estaba dando una mano, porque pagar 20 reales por noche por persona no es buen negocio, sobre todo teniendo en cuenta que habíamos decidido detener nuestra marcha acelerada por el objetivo de llegar al nordeste lo antes posible. ya estamos en bahía, y estamos en un pueblo que conjuga aire puro y turismo, dos elementos indispensables para nuestra supervivencia. alquilemos por mes. aunque no tengamos los 300 reales que nos pide: los vamos a hacer en el transcurso del fin de semana. la habitación no tiene colchón, la cocina no tiene fogão, pero bel proveerá. 

día 2. amanecemos en casa de leticia, armamos nuestras mochilas y nos encaminamos al departamento del centro. el trato con bel es descontracturado. ella parece estar en todo al mismo tiempo. enganchamos wifi del jamiro, el mismo restaurante donde anoche la magia. bajamos al río, que cruza el pueblo. estamos sumergidos en naturaleza y con la soga al cuello. nos cuesta encontrar el equilibrio, aun estando en un lugar bastante parecido a la idea que se puede tener del paraíso. empiezo a activar mi búsqueda de oportunidades de trabajo online. escribo en mi diario: "qué triste no lograr el objetivo de dar la vuelta al mundo sólo tocando música en la calle." pero eso es obsecación. tengo múltiples recursos, cómo me voy a negar la posibilidad de explotarlos a todos?

pasan el día 3, día 4, día 5. el fogão no llega. tomamos muchos licuados (vitaminas los llaman acá) multifruta con avena, hasta que la minipimer se rompe por un carozo de mango clandestino. probamos la yaka - fruta golosina - en casa de maria, que en verdad es la casa de amanda, pablo y sofia: ellos hospedan a maria y a manuel el chileno, y alquilan el piso de abajo a delson y gabriela, una pareja de malabaristas que montan un número con monociclo, fuego y humor, y que tienen una energía entusiasta y contagiosa. 

el fogão no llega, y además de los licuados, tenemos que comer afuera, prato feito, tapiocas, hamburguesas. el fogão no llega, pero llega la suegra de bel. ella es la dueña de todas las casas que bel administra. es lo más parecido a la bruja de blancanieves que yo he visto en mi vida. habla suavecito como exhalando veneno. bel le responde a los gritos, y así empieza el folklore. los gritos son banda de sonido adentro de la casa, y en la casa de las vecinas con quienes compartimos pared - pared como si fuera un papel traslúcido. peleas, drama y novela. 

no juntamos la plata para el mes. sólo para 15 días. la bruja mala nos hostiga cada día con algo diferente. empezamos a sentir que el tiro nos salió por la culata. el fogão no llega ni va a llegar. los gritos continúan. hace calor. hacemos un par de salidas al río. nos encerramos en el cuarto a producir. y el calor. 

cuando el sol baja, los trabajadores empezamos a aparecer en el centro - el centro de operaciones está cruzando la calle de nuestra morada. los amigos son muchos. se arma la galera. bonny (perú) y brian (colombia) con su esmeralda (nacida hace año y poquito en brasil) y cristal en camino. los malabaristas. bella flor, el tatuador salvadoreño con la flauta doble cherokee y patricia, su novia portuguesa. camila (uruguay), su hermano músico que conoceré más tarde, y su christian colombiano que la deja y luego desaparece durante una semana, entonces sus compañeras de camping hacen la denuncia en la policía y su foto recorre toda la comarca hasta que decide volver de carona y su caronero le muestra que su foto llegó también a su celular. riberão do meio, el tobogán natural, domingo de picnic. 

sara y darío, de islas canarias y yeque (andalucía) respectivamente, se convierten en nuestra pareja aliada. ellos también alquilan una habitación en otra casa de bel, y también han tenido problemas con la abuela-bruja. a esa casa nos manda bel a cocinar, y por suerte es como si nosotros lo hubiéramos elegido. empiezan a salir guisos, tortillas, desayunos con mate, café y chapatis. nos animamos a la yerba cimarrão que se consigue por 4 reales con cincuenta. tapa un poco la bombilla, pero qué lindo tener un mate para acompañar el día entero, calentar el agua a la mañana y que a las 5 de la tarde quede todavía un último para cebar.

lençois, el pueblo donde gente de todo el mundo viene a hacer base para recorrer las bellezas naturales de una formación geológica privilegiada. yo me contento con salir a la calle y sentirme como en casa, aunque no llegue a trabar amistad con los nativos - ellos son muy celosos de su patrimonio, y nosotros, los que no somos turistas ni somos locales, los que viajamos trabajando, somos entidades extrañas que vienen a llevarse el dinero que sólo ellos creen merecer. sin embargo, yo me siento en casa. siento que podría estar curtiendo estas mismas subidas y bajadas sin saber si estoy en vidigal, en san francisco o en la serranita. tal vez lo particular está en las ventanas sin vidrios, en los torsos acodados en esas ventanas, en el color de las pieles, las sonrisas al decir boa tarde, los olores a camarão, las ropas tendidas en las piedras achatadas del río. 

viajero: si llegas a lençois y una chica llamada bel, que con un ojo te mira fiijo y con el otro tantea al otro costado, te ofrece con una risa disparatada una habitación a un precio inmejorable, y decides aceptar, ten en cuenta que puedes sentirte defraudado y estafado a medida que pasen los días. tal vez tendrás que ir a buscar un colchón al otro lado del puente, o conseguir una cocina vecina donde puedas calentar agua. puede suceder que te despierte el sonido imperceptible de una vieja zorra de las cavernas levantando el pie de tu cama para ver qué tan limpio has dejado el piso después de su última advertencia acerca de la pulcritud que le gusta conservar en sus casas. también puede pasar que compartas una tarde con su nieta de 7 años, que es pura luz, y que ella te dé alguna clase de portugués totalmente desinteresada. te sentirás acobijado y destemplado a la vez. pero ten en cuenta que no existen muchas opciones de alojamiento alternativo, y que encontrar un lugar donde sentirte en casa dependerá sólo de tu fortaleza interna. no esperes conseguir una casa con una mesa rodeada de sillas en las que poder compartir esos banquetes que preparaste con la gente linda que conociste, pero ten certeza de que la mesa no hace al banquete, ni la casa hace al hogar. sólo estate prevenido.

y la historia aún continuará...

(*) "gentileza genera gentileza"

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