martes, 2 de septiembre de 2014

carta de (des)amor (19 de 30) (con aroma a norte de papel)



querido amor:

hoy me has vaciado. hoy he sentido que mis fuerzas quedaban definitivamente atrapadas en ese chorro de agua-río que cae incesante hacia un mar distante. hoy he vuelto a sentir que nada tiene sentido, y he vuelto a desconfiar hasta de mi propia sombra.

hoy he querido desaparecer en forma de tábano, huir volando a cumplir con el fin ruin de mi existencia. hoy me he dado cuenta de que ya no huelo ningún aroma, y que las brisas frescas en este mediodía de calor no hacen más que atizar la llama que me consume. 

hoy me has hablado de cosas ciertas. has querido irte de mi lado. yo no hubiera podido contenerte, como tampoco pude retener las lágrimas que brotaron ante la perspectiva de tu ausencia. hoy he despertado nuevamente de una fantasía: abrí los ojos y mis pies se hallaban tan lejos de la tierra que debí hundirlos en mi propio vientre para encontrar reparo. 

hoy las chicharras han insistido en desgarrar mi espíritu, en clavar su sonido en mi pecho abierto y sangrante. hoy he sabido que voy a morir, y he querido que ese momento no se retrase.

también hoy he decidido que mirar hacia arriba es como mirar hacia atrás, y que todos los compases del mundo no podrían indicarme un camino sincero a seguir. decidí también desacreditar todos mis aprendizajes, ignorar a la luna en su aullido de loba preñada y creciente. son decisiones que decido tomar por no tomar otras medidas, como las que marcan la distancia entre tu bolsillo y el mío. hoy ese cuarto lunar vino a recordarme que estoy llegando a la mitad de mi esperanza de vida, y que ya es tiempo de convertir los harapos de mis años mozos en tela para encuadernar un futuro sin sueños. 

sí, hoy he dejado de soñar. y si algo suena son aquellos tambores ensayando para un carnaval lejanísimo. carnaval al que nunca asistiré, porque hoy no tengo motivos para festejar. tampoco tengo diablos que matar, porque yo misma me he convertido hoy en todos los demonios muertos que estrellan sus cabezas en las piedras de las calles  de lençois.

hoy he tenido que darte la razón: mis ambiciones ruedan en carretas cuadradas. las mejores intenciones del mundo se ahogan en una billetera vacía, y en una voluntad demasiado blanda.  

hoy reviso mi lista de prioridades, y encuentro que me he equivocado desde el inicio de los tiempos. que los dibujos en las cavernas de mis vidas anteriores se han convertido en atractivo turístico para los cristales empañados de mis ilusiones. hoy nadie podrá convencerme de que el sol huele a mango o de que la seda sacude cualquier piel dormida.


hoy me olvido de quien soy. gracias, amor, por tener el coraje de matarnos. hoy te escribo esta carta de despedida. mañana volveremos a nacer.


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